Viajar, el mejor remedio para curar el alma y la mente

Divagaciones al volver de un viaje…

No todo el mundo viaja,

No a todo el mundo le gusta viajar,

Viajar no es obligatorio,

No eres mejor, ni peor, ni más guay por viajar,

Pero viajar cura el alma y la mente.

Esas son las conclusiones que saco cuando vuelvo de un gran viaje.

El día que emprendimos el viaje, salí totalmente rota, con ansiedad, como si me hubiese atropellado la vida. No podía pensar con claridad, cualquier gestión emocional se me hacía una montaña. Ahora, me siento totalmente curada, la mente se ha despejado, y me siento con fuerzas para afrontar la vida cotidiana de nuevo.

¿Cuál es la fórmula? ¿Qué es lo que te cura?, ¿El viaje? ¿El destino? ¿La compañía?

Yo creo que no importa a donde vayas, si es cerca o es lejos, no importa si lo haces solo/a o acompañada/o. Lo más importante es la actitud, y salir de tu rutina diaria.

La rutina diaria es, aunque necesaria, una mochila que cada vez pesa más y que al final te cuesta tanto cargarla que quieres tirarla y salir corriendo sin mirar atrás. Una mochila llena de obligaciones y de “tengo que”, que parece que no tenga fin.

Si sales de la rutina, si haces cosas diferentes, y te atreves a enfrentarte a un nuevo entorno, la recompensa que vas a recibir es infinitamente gratificante.

Además, siempre que vuelves de un viaje, una vuelve un poco más sabia, porque siempre, siempre, siempre, aprendes algo. Y cuando digo que aprendes algo, no me refiero solo a la gente y la cultura del lugar donde vas, que ya es una pasada, sino que te conocerás a ti misma/o en un entorno totalmente diferente. Tú forma de pensar, tus sentimientos y tu forma de ver el mundo cambia, y cada viaje que haces, cada experiencia que vives te enriquece por dentro.

En fin, que me he vuelto del viaje encantada, como siempre, de viajar, y quería compartirlo, aunque fuese conmigo misma (ya que viajes con color es un blog que no lee nadie, y casi es para mí).

Así que animo a todas y todos a viajar y a desconectar de la rutina. No hace falta irse a Vietnam, simplemente haz algo diferente a lo que sueles hacer en tu vida diaria, y seguro que funciona.

Viajar, Descubrir, Crecer…