Viajar en Campervan por Nueva Zelanda es, sin duda, la mejor forma de visitar el país. Pero imagino que como nosotras, tú también te habrás preguntado… ¿cómo es vivir y viajar en una campervan? ¿Se puede vivir bien y cómodo? ¿Dónde te duchas? ¿Cómo cocinas?
A mí me hubiera gustado que alguien me contase como es vivir y viajar en una campervan antes de llegar aquí, no por nada, hubiera venido de todas formas, pero para hacerme a la idea. Así que en este post te contamos nuestra experiencia después de viajar durante 3 meses por Nueva Zelanda en una campervan sin muchos lujos, así tú también te puedes ir haciendo una idea.

¡La experiencia general nos ha encantado!
Pues sí, la experiencia es única, increíble, maravillosa, algo que recordaremos toda nuestras vidas. Eso sí, viajar y vivir en furgoneta puede ser incómodo (según para quien), pero a cambio, te aporta muchísima libertad para moverte por el país. Lo que quiero decir es, que la experiencia general compensa con creces todas las incomodidades que puedes tener, pero que sepas que vivir en una furgoneta no es lo más confortable, aunque debo admitir que más de lo que esperaba :).
Hombre, también hay que tener en cuenta el presupuesto que tengas para gastar en una furgoneta, ya sea comprándola o alquilándola. Con esto quiero decir, que no es lo mismo viajar en una furgoneta con techo bajo, en el que tienes que tener el lomo agachado cuando estás dentro, que en una furgoneta con techo alto, y bueno, ya ni hablamos de lo cómodo que debe ser tener una caravana con aseo y ducha.
Nuestros amigos Nieves y Enrique se alquilaron una Toyota hiace con techo alto y frigorífico con la empresa Campasouth, cuando vinieron a vernos, y bueno, no hay color, ¡cervezas frías todo el tiempo!, ¡puedes estar de pie dentro! ¡cocina de verdad!, vaya, que queríamos darle el cambiazo al final del viaje, pero no coló.

Si tienes un presupuesto ajustado como en nuestro caso, probablemente viajaras en una campervan con pocos lujos, self-contained, techo bajo, con un pequeño fregadero con dos bidones (uno para el agua de beber y otro para el agua sucia), un wáter químico, una cama y un camping gas portátil. Y bueno, luego ya los extras que pueda tener y lo bonita que la hayan dejado, como segunda batería para la carga de los portátiles y móviles, mesa, frigorífico o zona de cocina para colocar las cosas, zona de almacenaje etc.
Entonces, ¿cómo es vivir en una camper?, te contamos nuestra experiencia 🙂
Nuestra Campervan
Nuestra Campervan es una Toyota Hiace del año 1995, con un motor 2.8 turbo diesel y 449000km.
Sí, es un cascajo con ruedas xD, pero la verdad es que la furgoneta se conduce increíble, y tiene mucha fuerza, algo indispensable aquí, pues estás todo el día subiendo y bajando cuestas. Además, no nos dio ningún problema en todo el viaje.
En cuanto a su camperización, entrando por la puerta lateral, enfrente, tiene una pequeña cocina con un par de estantes, el fregadero con los bidones de agua, y una mesa plegable. A esta zona le llamamos “el saloncito”, muy agradable para resguardarte del aire frío mientras te tomas una cerveza y contemplas las vistas. Por las noches, abrimos la mesa y hacemos la cena dentro, y tan agustito.


En la parte trasera, colocado longitudinalmente y enfrente de la puerta lateral, tiene un sofá que se abre para proporcionar un espacio de almacenaje muy amplio, como si fuera un baúl-sofá. Enfrente del sofá, pegado a la ventana en el lateral de la puerta, hay un mueble estantería con una base baúl para guardar más cosas. Este mueble es el más útil que tiene la camper, podemos colocar toda la ropa de uso diario, todo lo de aseo y además todo lo que quieras en su base.


El sofá se hace cama mediante un sistema de 3 maderas que se encajan entre el sofá y el mueble estantería. Una vez encajadas las tablas solo tenemos que poner los dos colchones juntos que componen el sofá y hacer la cama con una sábana y nórdico, y voila, ya tienes una cama muy acogedora y agradable para dormir :).

Toda la camper tiene las lunas tintadas a excepción de la delantera, y un montón de cortinas oscuras para que no se vea nada en el interior y no te moleste la luz del sol por la mañana, aunque lo mejor es levantarte con la luz del sol.
Otra cosa super útil de la camper es que tiene una pequeña placa solar conectada a una batería y a un inverter, de tal forma, que podemos cargar nuestros portátiles y móviles durante el día sin preocuparnos de si se va a acabar la batería o no, pues aquí hay muchas horas de sol. También puedes poner por la noche un móvil sin problema, pero un portátil mejor a lo largo del día.

En cuanto a utensilios, la camper nos venía con una mesa plegable muy pequeñita pero de muy buena calidad, dos sillas, un camping gas de un fuego, un montón de herramientas (hasta un destornillador eléctrico), nórdico y sábanas.
La iluminación se compone de una tira de luces led que van por el techo. No alumbran mucho, pero es suficiente, y además queda precioso por la noche. Cambiamos las que había por unas que nos regaló Nieves y Enrique.
Bueno, pues esa es nuestra camper, ¿Qué os parece?, ¿os veríais viviendo 3 meses en ella? Como habéis podido ver tiene de todo, porche, salón comedor, vestidor y hasta domótica!, un palacio, sin duda.
En busca del agua…
Aquí en Nueva Zelanda, hay muchos puntos de agua potable donde puedes rellenar el tanque. En la aplicación de Campermate, te viene indicado todos los puntos de agua donde puedes rellenarlo. Te lo contamos más a fondo en nuestra guía para viajar en campervan por Nueva Zelanda.
Una cosa es segura, de esta forma eres totalmente consciente del agua que se gasta diariamente. En un piso tu solo ves como cae el agua por el desagüe, sin saber realmente cuanto ha caído o si es mucho o es poco. Sin embargo, aquí ves como se va vaciando el deposito de 25L que llevas, e intentas ahorrar el máximo posible, y gastar lo menos posible.
Creo que si todos pudiéramos ver como baja el deposito del agua en nuestras vidas diarias, seríamos mucho más ahorradores en cuanto al uso del agua. Lamentablemente, esto no puede ser.
Cocinar y comer en una campervan
Cocinar en la camper es tan incómodo como cocinar cuando estás de camping. Si además no tienes frigorífico como nosotras, pues la cosa se complica todavía más.

Nuestra cocina está dentro, y tenemos un camping gas de un fuego, que es el que venía con la camper y no hemos querido invertir los 120 $ que vale uno de dos. Aunque la verdad, los de dos fuegos tampoco lo veo muy útil, porque son muy pequeños y a la vez no caben una sartén grande y un cazo por ejemplo. Así que, desde luego aquí uno no se estresa cocinando, aquí la cocina se tiene que tomar con calma, paso por paso, nada de hacer varias cosas a la vez xD.
Normalmente cocinamos fuera, que es más alegre y se disfruta más, pero cuando hace viento tenemos que cocinar dentro. Y la verdad es que aquí de momento nos ha hecho viento muchas veces, sobre todo por las noches, así que nos metemos dentro de la furgo y cocinamos sentadas, o muchas veces en el suelo, porque de pie no se puede.

¿Es incómodo cocinar de esta forma?
Bueno, la verdad es que lo esperaba más incómodo de lo que en realidad es. Cocinar sentada no está tan mal, sin embargo, la ropa de cama coge olor a todo lo que cocines por mucho que abras las ventanas, así que intentamos cocinar fuera todo lo posible.
En cuanto a sitio donde poner los utensilios de cocina, nosotras no lo tenemos muy cómodo. No tenemos apenas sitio de almacenaje de cocina que sea accesible todo el rato, porque tenemos mucho sitio de almacenaje debajo de la cama, pero este no es muy accesible, y es muy incómodo sacar algo de ahí.

Además, hay que contar con que los sitios de almacenaje accesible tienen que estar diseñados para que nada se caiga mientras vas en marcha, ya que hay veces que las carreteras están sin asfaltar y la furgoneta da bastantes botes. Cuando comenzamos a hacer camino por las mañanas siempre se nos olvidan cosas por ahí encima, y las vamos escuchando caer y rodar por el suelo, una se acostumbra.
Además de los dos pequeños espacios para almacenar en el mueble de cocina, llevamos un barreño con los platos, ollas, sartenes y cubiertos , que siempre tenemos por ahí por el suelo pululando, ya que es la forma más fácil de mover los utensilios de una vez en caso de cocinar fuera.
Llevamos una bolsa con comida no perecedera entre el asiento del conductor y la cocina, para que no se mueva. Al conjunto le llamamos la despensa.
Una nevera de playa en vez de un frigorífico, ¿se puede vivir así?
Pues la verdad es que sí que se puede, al final te acostumbras a todo. Llevamos una típica azul de playa abierta llena de verdura. Cuando compramos hielo para conservar carne, pescado o tener la cerveza fría, quitamos la verdura para que no se moje, ya que nos aguantaría mucho menos. Cuando a los dos días se acaba el hielo, volvemos a meter la verdura y dejamos la tapa abierta, para evitar la condensación.
Intentamos comprar lo más espaciado posible, ya que comprar quita mucho tiempo, además que no en todos los sitios es batato comprar. Hacemos una compra grande con cosas no perecederas, como latas y eso, y una vez a la semana nos abastecemos de fruta y verdura y cosas que nos falten. Hago un menú semanal, ya que es la mejor forma de organizarse y comprar lo más óptimamente posible además de que puedes hacer un menú nutricionalmente equilibrado.
NOTA DESPUÉS DE LOS 3 MESES VIAJANDO EN FURGONETA: Lo del menú semanal equilibrado empezó mejor que acabó, uno al final acaba comiendo lo que puede xD.

En el supermercado (normalmente el Pack’nSave o Countdown), compramos todo lo que no sea verdura, ya que la verdura allí es muy cara. Para la verdura, intentamos comprar en un mercado semanal, una frutería o en puestos “honesty box” y granjas que hay por el camino.
Como no tenemos nevera, el día que toca comprar toca carne y pescado para un par de días, que es lo que aguanta el hielo. Y claro, ya que compramos hielo, pues de paso pillamos siempre unas cervezas para bebérnoslas bien fresquitas.
Desayunando café expreso todos los días
Algo de lo que nos encargamos desde España es que todos los días íbamos a desayunar nuestro café expreso con leche espumada :), gracias a la cafetera Nanopresso, una cafetera para hacer expresos sin necesidad de corriente, ya que la presión la consigues apretando un émbolo.

Cocinar a la hora de comer es lo más incómodo para nosotras, ya que, por una parte se pierde bastante tiempo cocinando, y además de que no siempre se encuentra un buen sitio cómodo donde parar a hacer la comida. Por no hablar de las enormes maletas que ocupan la parte donde hacemos la comida, y que tenemos que pasar a los asientos delanteros para cocinar.
Luego a la hora de cenar ya no es un problema, puesto que ya paramos en un camping a descansar y pasar la tarde, y podemos pasar las maletas a los asientos de delante para que no molesten.
Puede que cocinar en una camper de techo bajo sea incómodo, pero lo que si es cierto, es que todo sabe mejor en estos paisajes tan increíbles :):):).
Dormir en una campervan es más cómodo de lo que parece
La verdad es que dormir en la campervan nos encanta. Es cierto que el colchón, que está cortado en dos (para hacer el sofá), y que es de espuma, no es la cama más cómoda donde hemos dormido, pero cuando nos tumbamos y nos abrazamos para dormir, es estar como en casa.

Además, te despiertas con el sonido de la naturaleza, ya sea el mar, los pájaros o el agua de un río. Es una experiencia maravillosa, un placer, algo indescriptible.
El aseo en la campervan, en busca del WC
Esta es sin duda la peor parte de vivir en una camper. Hacer pipí y popó y asearse todos los días y ducharse se convierte en un desafío diario.
El wáter químico de las camper no lo usa nadie. Su función en las camper se limita única y exclusivamente a la obtención de la etiqueta self-contained. Yo al principio no entendía porque la gente no lo usaba, pero ahora sí lo entiendo, pues la camper es un lugar muy reducido, y tener un wáter químico usado justo pegado al lugar donde duermes y donde cocinas no es lo que más le apetece a uno.
En la camper hay un wáter químico, pero como el resto de la gente, no lo usamos, así que toca buscar wc públicos todos los días. En la aplicación de campermate te pone el sitio exacto donde están, pero vamos hay en todas partes, no es un problema.
En la mayoría de las zonas de camping donde nos quedamos hay aseo público cerca, pero en ocasiones no lo hay, y en ese caso toca hacer tus necesidades en la naturaleza. Con esto hay que tener cuidado, ya que la multa por esto es entre 200-400$, porque se supone que la zona es para vehículos self-contained, lo que quiere decir que llevan su propio wc químico, pero la realidad es que nadie lo usa. Así que se cuidadosa o cuidadoso y que no te vea nadie.
Claro, si dejasen que la gente hiciera sus necesidades por ahí, pues al final el sitio lo mismo sería una pocilga, yo lo entiendo. Como todo hay que tener cabeza, irse a un lugar apartado sin estar cerca de zonas de agua (ríos, mares lagos etc.) y no dejar ninguna huella, pues las huellas orgánicas las puedes enterrar para que se descomponga rápidamente, y las inorgánicas como los papeles mejor te los llevas contigo, muy importante, eso sí que es una guarrada que no beneficia a ningún organismo.
Ducharse todos los días no suele ser posible…
No nos podemos duchar todos los días, pero si podemos asearnos todos los días. Es más cómodo lavarte con agua y jabón en un wáter público, cosa que puedes hacer cuando los lavabos están con puerta cerrada, pero en caso de que no lo estén, lo tenemos que hacer en la camper. En la camper esto es incómodo por dos cosas: techo bajo combinado con él sistema de sacar agua, que es con una bomba, por lo que necesitas una mano para bombear. Pero vamos, que nos aseamos todos los días, no vamos hechas unas gorrinas por ahí xD.
La ducha, el momento más buscado
Las duchas es lo más difícil del día a día. La cuestión es que casi ningún camping gratuito tiene ducha, y si la tienen, tiene que tener desagüe, para no tirar productos químicos al suelo.
Luego están los camping del DOC, que son de pago, pero la mayoría no ofrece muchos servicios para lo caros que son, y la ducha, y ya no te digo la ducha caliente, no entra casi nunca entre los pocos servicios ofertados. Y bueno, en caso de que tengan ducha, la verdad es que no nos compensa pagar de 12 a 15$ por persona por noche por ducharnos. A ver, que si no nos queda más remedio como nos ha pasado, y tenemos la necesidad de ducharnos, lo pagamos, no pasa nada, pero son muy caros para lo que ofrecen.
¿Qué hacemos nosotras?
Pues la mejor opción que hemos encontrado para darnos una ducha caliente es ir a un sitio que ofrece ducha caliente por entre 3-5$. Suelen ser lavanderías, piscinas, gimnasios y cosas así, y la mayoría funcionan con una caja con temporizador a la que le tienes que echar las monedas para que la ducha empiece a funcionar. Suelen darte unos 8 minutos de ducha, más que suficiente para asearte a fondo, y todas a las que hemos ido estaban impecables.
La frecuencia de ducha varía en función de cuantas duchas nos encontremos por el camino, ya que las duchas del tipo de las que he hablado no abundan la verdad. No es que nos importe ducharnos con agua fría, es que estas tampoco abundan, ya que es importante que tengan desagüe abajo, así que la típica ducha de playa no nos vale.
Así que en cuanto nos encontramos una ducha calentita, allá que vamos!. Lo máximo que ha pasado entre ducha y ducha han sido 4 días y ya íbamos desesperadas. Imaginaros, que cuando llegué al mostrador del gimnasio donde nos duchamos no me hizo ni falta decir que quería solo la ducha, la chica del mostrador me dijo ¿shower?, así que imaginaros las pintas.
Despertarse cada día en un lugar diferente
Esto es sin duda la mejor parte de vivir en una campervan, me encanta ir conociendo Nueva Zelanda de esta forma y dormir y despertarme cada día en un sitio diferente. Tener un vehículo casa es muy cómodo, la verdad, y realmente creo que es la mejor forma de conocer el país.
Los camping, la mayoría gratuitos, a los que vamos, están muchas veces situados en lugares increíbles. Hoy por ejemplo estoy escribiendo este post mientras miro a un pequeño pero idílico lago en Rotorua, observando a las fochas australianas y los somormujos que nadan en él. Es completamente indescriptible la sensación de felicidad y bienestar que se siente mientras te tomas tu café matutino escuchando el sonido de los pájaros y viendo el lago (no, no hicimos foto, así somos nosotras).
¿Os imagináis despertando a las faldas de un volcán? ¿o en un lago increíble con montañas nevadas fondo? ¿o en una playa espectacular?, aquí es posible :).

Desde luego, esto compensa cualquier incomodidad que pueda tener el hecho de vivir en una furgoneta.
Bueno, ¿Qué os ha parecido? ¿Os veis capaces de vivir de esta forma?¿Cuánto tiempo pensáis que aguantaríais?
La verdad es que ahora mismo estoy tomándome una copa de vino viendo el lago, y pienso que no puede haber nada mejor :).
Un saludo a todas y a todos, y muchas gracias por leernos!